domingo, septiembre 27, 2009

Mucho más allá



Siempre quise dedicarte una canción. No lo hice cuando aún leías esto. No era fácil amoldar tus gustos a los míos, al menos musicalmente hablando. Tampoco encontraba la canción adecuada, o quizás no era el momento y eso de "que te vaya bonito" lo tenía demasiado gastado. Las despedidas nunca se me han dado bien, aunque los que las hayan sufrido opinen que soy una experta en cerrar puertas y borrar mis huellas. Pero no, no es pericia ni empeño, tan sólo desidia. Resulta fácil no mirar hacia atras, no vaya a convertirme en estatua de sal.

"Cuánto se gritó diciendo nada

No pudimos ver con tanta luz

Yo buscaba el cielo en tu mirada

Y nunca sabré lo que encontraste tú.


Que te traigan flores las mañanas

Que no pases noches sin dormir

Que el sueño se pose en tus pestañas

Que uno de esos sueños que me sueña a mí.


Detrás del viento un huracán

Se fue formando en la cabeza

Cuando te cansas de sufrir, siempre me dejas.


Mi corazón es de cristal

No guarda nada que no veas

Sólo un pequeño resplandor de nuestra hoguera.


Mi canción que nace del fracaso

Es sólo una piel sobre la piel

Algo que se besa y sabe amargo

Es mi boca seca, nada que beber.



Pobre corazón que no sabe que decir

Si te vas por lo que soy

O por lo que nunca fui.


Hay caminos que hay que andar descalzo

Ya no te preocupes más por mí

Siempre me entra arena en los zapatos

Esta vez me quedo aquí.


Si te cabe el cielo en un abrazo

Siempre habrá una estrella para ti

Si catorce vidas son dos gatos

Aún queda mucho por vivir…"

Catorce vidas son dos gatos

La costilla de Adán


Soy testigo de una de las situaciones más estúpidas y absurdas de mi vida laboral. Dudo, no sé si debo decir algo, pero no, callo, me convierto en muda testigo. Mi intervención ni hubiese sido oportuna ni bien recibida.

Un par de horas después en el corrillo femenino al que incomprensiblemente nos vemos avocadas las mujeres de ese Servicio, mientras comentamos la "jugada", yo expongo mis dudas. Estuve a punto de decir... Cinco pares de ojos me miran entre el estupor, el asombro y el horror, con cara de "afortunadamente no abriste la boca". Toma la palabra una de ellas:

-"No es tan terrible que piensen que una es antipática, seca, sin sentido del humor e inaccesible. Pero sería imperdonable que dijeran de ti que eres una mogijata. Afortunadamente no abriste la boca".

¿Seca?, sí, ¿antipática?, también, ¿sin sentido del humor?, desde luego no comparto el suyo. Pero ¿inaccesible? y ¿mogijata?.


Dícese en el diccionario de la RAE:

mojigato, ta.

(De *mojo, voz para llamar al gato, y gato).


1. adj. Que afecta humildad o cobardía para lograr su intento en la ocasión. U. t. c. s.

2. adj. Beato hazañero que hace escrúpulo de todo. U. m. c. s.




P.D. Katherine Herpburn y Spencer Tracy

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