martes, agosto 24, 2010

Para la rutina siempre hay tiempo


Estoy sentada al lado de una ventana. No tengo demasiado por hacer. Me gusta estar aquí, al lado de la ventana, digo; no en la oficina. Miro a la calle, veo a la gente pasar, los que salen del parking, los que se sientan en los bancos a tomarse un respiro, intuyo las vidas ajenas.

Se rumorea un cambio de ubicación o una reorganización o lo que sea que hace la Administración cuando no tiene un duro y ya no tiene recursos para ahorrar. Pero yo no quiero moverme de aquí, quiero que éste siga siendo mi sitio, mi ordenador y mi ventana.

Tengo el mejor ordenador de la oficina, mejor incluso que el de los Jefes, con una superpantalla de no sé cuántas pulgadas. Me lo merecía, supongo, sólo había uno nuevo, sólo se podía cambiar uno y se hizo encuesta popular, quién tiene el peor ordenador, el más lento, el más viejo. Gané yo, y ni siquiera me postulé porque ese día no recuerdo dónde estaba. Sólo sé que él se acercó con su tumbao y me dijo, Dae, mañana tienes nuevo ordenador; no me lo agradezcas, pero que sepas que eres la única a la que se lo van a cambiar.

Con los meses cambiaron el resto, una parte, no todos. Ordenadores de segunda mano que venían de Justicia (traían las viejas etiquetas). Puede que sea una don nadie aquí, pero tengo el mejor ordenador de todo el Servicio.

11 perdidos en el laberinto:

guille dijo...

A la primera parte te diria que estoy de acuerdo. Cuando has organizado "tus dominios" y te has aconstumbrado (los humanos tenemos la costumbre de acostumbrarnos)a tu lugar es un fastidio que te cambien.

Sobre el ordenador, si solo venia uno y te llego a ti no hace falta ser demasiado avispado para saber que te relacionas bien con la gente.
Las cretinas no se llevan el nuevo aunque el suyo sea todavia una pizarra.

Yo tengo desde hace poco una super pantalla de 23. La felicidad.

Un gran regalo.

...claro que me lo tuve que regalar yo porque sino seguiria dejandome los ojos en el portatil.

guille dijo...

Que bueno esos momentos sin nada que hacer.

Que bueno ese juego de imaginar historias sobre gente desconocida.

Susana Terrados dijo...

Cómo te entiendo en tu sensación, no deseas un cambio de entorno porque da pereza. Te gusta observar y pensar en la gente que ves desde tu ventana e imaginar pequeñas historias de vida. Y, además, te envidio..mi ordenador es viejito, no funciona con pedales pero casi...aunque se porta tan bien que le tengo mucho cariño.
Besotes.

Yort dijo...

Que bueno ese juego de imaginar historias sobre gente desconocida.
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Sí, yo siempre he imaginado que nuestra sin par Dae es de las que mean sin salpicar, de las que caga sin mancharse el culo. ¡Oh, dioses! qué diría mi querido Solal.

Reina del Mango dijo...

Si te lo merecías y venían de Justicia, no había más que hablar.

Daeddalus dijo...

No me gusta dar pena, aunque sea involuntariamente, a veces, pese a todo, es muy efectivo. Parece.

Daeddalus dijo...

Susana, si me quitaran la ventana, me quitarían media vida laboral, que por otra parte es la mitad de mi vida.

Aunque nada para imaginar vidas como las estaciones, los aeropuertos, las despedidas.

Daeddalus dijo...

Cuando te sientas, las mujeres lo hacemos, es más fácil no salpicar.

Daeddalus dijo...

Y sin que fuera justicia divina... no, eso no se discute.

guille dijo...

¿Pena?

Me referia a que debes manejarte bien con eso de la inteligencia emocional.

Daeddalus dijo...

Me refería, bueno, qué más da... Sin gloria, pero sin pena.

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