martes, noviembre 23, 2010

La suerte siempre está a la vuelta de esa esquina que nunca llego a doblar, pero por si no lo sabía Cesar Pop me lo recuerda... y ha tenido que ser precisamente hoy




Y de nuevo vuelvo a caer... como si alguna vez me hubiera levantado... si es que, ya lo cantaba Serrat, no es triste la realidad, lo que no tiene es remedio...


8 perdidos en el laberinto:

Desde mi realidad dijo...

Corrijo a Serrat, la realidad, la verdad, sí puede ser triste. Que no tenga remedio no significa que no pueda ser tremendamente triste e injusta...

Anónimo dijo...

Vaya, los anónimos me están restando protagonismo, qué pena! la diferencia entre unos y otros quizás sea que, algunos no nos molestamos en leer la misma mierda que suelta la insatisfecha esta, una y otra vez.

Blogboreta dijo...

No, se ve que no tiene remedio. Pero hay unos parches cojonudos.

No me digas donde los venden, pero haberlos hailos.

Profesor bacterio dijo...

Haylos, borria, haylos.

Profesor bacterio(bis) dijo...

Borrica, perdón.

James Heaton dijo...

No conocía a César Pop. Tampoco que Citroên comercializara un coche que no emite CO2, dichosos anuncios online!

Una frivolidad: Hace poco menos de un año coincidí con Serrat en el aeropuerto de Santiago de Compostela, de vuelta a Barcelona. La cola para entrar al avión era muy larga y me di la vuelta para ver hasta donde alcanzaba. Estaba justo detrás de mí. Se rió un poco al ver mi cara de sorpresa al descubrirle así, de sopetón, a 40 centímetros. Le acompañaba un asistente que acarreaba una funda de guitarra y cuatro bártulos, procurando darle conversación amable, como para hacerle más cómoda la espera. Pensé en saludarle y decirle que “Mediterráneo” (el disco) suena en casa algunos domingos, que a veces es como ungüento para los disgustos, que le he escuchado cantar aquel “De alguna manera” junto a Aute más veces de las convenientes. O, por qué no, cuánto llegan a aburrirme sus últimos discos desde hace demasiados años. La espera fue larga pero al final no hice ni una cosa ni la otra, una constante en mi vida. Tan solo le ayudé con la maleta en cabina, gesto que me agradeció. “Moltes gràcies, noi”. “A ti”, Serrat, a ti.

Daeddalus dijo...

-Aida: Y yo corregí a Serrat ;)... La verdad no sé, la realidad me temo que sí, o al menos la mía, a ratos, supongo que como la de todos...

-Anónimo number one: ¿Qué voy a hacer contigo?...

-Evinchi: Preguntaré en la farmacia de la esquina por si las moscas...

-Hermosa anécdota, Mr. Heaton, a mí Serrat no me dice nada, o no especialmente más allá de un puñado de canciones y en determinados momentos, claro que haberlas, haylas...

Anónimo dijo...

De alguna manera tendría que olvidarte. Aplícate el cuento.

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