miércoles, enero 06, 2010

Something in the way she moves




Cómo no quererle si hasta para insultar tiene estilo... envarada señorita decimonónica.






P.D. Michelle Pfeiffer y Daniel Day-Lewis

Let it be me




Espero sepan perdonar el exceso de "youtubismo" de hoy pero los días de fiesta perdidos en medio de una semana me desconciertan hasta el punto de ni saber donde vivo. Me preguntaba alguien por mi dirección y no sabía si era nº 3, 5º o nº 5, 3º, por no hablar de la letra colocada encima de mi puerta.

Parecería domingo, sino fuera porque es miércoles y el noticiero nos anuncia nieve y descenso generalizado de las temperaturas, que no tiene nada que ver, pero yo tan sólo quería decir que adoro esta canción (últimamente no sé vivir sin Ray Lamontagne). Así que ya me voy, que tengo que seguir perdiendo el tiempo, y teñirme el pelo, y pintarme de rojo las uñas (de los pies) y esperar que una voz suene al otro lado del teléfono, aunque también podría ser yo la que llamara, pero entonces perdería mi condición de víctima y hoy hace juego con mis ojos.

Sin respuesta



El placer de recuperar la "ñ" enfrentándose a un nuevo año. No hay buenos propósitos, deseos ni intenciones. Sin nueva vida porque hace mucho que abandoné la actual y sigue habiendo demasiadas cosas que no entiendo pero sigo buscando.

A quién corresponda



Como hace tiempo que no escribo a SSMM de Oriente no pude menos que sorprenderme que se acordaran esta mañana de mí, saltándose el acuerdo de "no regalos" firmado y celebrado años atrás. Emocionada y agradecida, yo que sólo tan sólo pedía, en la misiva que no llegué a escribir, no ya que me concedieran presentes y deseos, como el niño de Gloria Fuertes que desprecia el oro, el incienso y la mirra, sino tan sólo la fortaleza y el valor para ser yo quien los haga realidad, y en último caso, cuando menos, intentarlo.

Si tú comprendieras



Tú y yo

somos una mentira

que s’alcuentra toles tardes,

un argayu ensin igua

que s’adientra

nun amor vencíu pol tiempu,

acorripiáu

ente’l mofu y la hedra,

tienru cristal onde la llerza,

a fuerza de pegar,

tarazónos el gustu de tastianos,

de recorrenos xuntos,

talo que dos paisaxes descubiertos.



Agora

pesllamos la mentira ente los besos

y nun oyimos

esa voz que mos glaya atristayada

que yá nun mos queremos.

María Teresa González

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