martes, marzo 29, 2011

La última vez que leí al joven Marías



Siempre supe, supongo, que ese momento llegaría... y que no estaría preparada, que yo llegaría con retraso, al menos con el cuarto de hora de rigor. Y que preguntaría quién era Gene Tierny... y yo me olvidaría de Laura y me lanzaría a los brazos del capitán Gregg.

No es que la vida a veces se asemeje a las películas, es que al director se le ha olvidado gritar el "corten"...




P.D. Gene Tierny

viernes, marzo 25, 2011

Antes, lejos del mundo...




... conjugaba en copretérito.



P.D. Joan Bennett

jueves, marzo 24, 2011

Fíjense que podría ponerme cursi... pero no tengo ni la más mínima intención de hacerlo...



Y eso que Liz Taylor nunca me pareció la más guapa entre las guapas y ni siquiera la más talentosa... aunque no venga a cuento ni tenga nada que ver con lo anterior. En todo caso, I'm learnin' how to live y en ello andamos...



Otro día, si eso, se lo cuento.

E igual hasta olvido lo que nunca he aprendido...

miércoles, marzo 23, 2011

Cuenta atrás para un alma furtiva



Nunca me ha gustado la primavera. De siempre su llegada nunca ha sido bien recibida. No me gusta esa apartente alteración del comportamiento colectivo y tener que duplicar la dosis de autobronceador o de factor de protección solar. Los cambios de temperatura que te hacen salir a las siete con bufanda y a las tres llegar a casa sudando como un pollo y despojándote de capas cual cebolla en ensalada. Y sí, ya sé que no son razones que compitan con la llegada de más horas de luz, con los fines de semana que se alargan, con el optimismo que el buen tiempo trae a la gente de bien o con el ramillete de flores silvestres que recogí hace unos días y que ya languidecen marchitándose en ese improvisado jarrón.

No, nunca me ha gustado. Yo siempre he sido del otoño; que ya se sabe, que a veces, en octubre, es lo que pasa. De los días escasos de luz, de la niebla que todo lo envuelve como una realidad desdibujada, de las horas que se acortan y la humedad que te recuerda el paso de los años, siempre los mismos, nunca iguales; de los paseos apurados por las calles empinadas bajo el orbayu, buscando refugio en la calidez ajena; de los malabarismos para no pisar las hojas caídas, de inciertos colores, siempre traicioneras y dispuestas a que tus huesos acaben en el suelo... tan dispuesta como estoy en esta primavera del 2011 a hacer el esfuercito por disfrutar de ella.

Y quién sabe... tal vez hasta lo consiga.




P.D. Betty Grable

(Des)horas




He vuelto a imaginar. Había dejado de hacerlo; que no de soñar o elucubrar sobre las vidas ajenas que tanto me interesan, aunque tan poco lo hagan, en cambio, las conversaciones.

De pronto, un buen día; en realidad una madrugada, podría fechar exactamente el momento algo más de tres meses atrás; la imaginación dejó de ser poder. Una Pacífico a mi lado (esa chela que sólo beben las viejas), una castiza Mahou frente a mí, y entre medias, Don Julio. La realidad se volvió más espesa y lo envolvió todo, se instaló en la escena.

Hace unos días regresó. Quique (González) saludaba y se sentaba detrás de unos teclados. Habló, no largo rato y yo dije en voz alta algo así como "ha engordado, está más guapo"... aunque Quique nunca me haya parecido guapo, tal vez demasiado bajito y aquel concierto fuera para puritos iniciados (contabilicé más de un bostezo). Y entonces lo supe, que sería de ida y vuelta, y aunque no llegaría para quedarse, allí estaba esa parte de mí que vuela lejos sin levantarse del asiento añorando lo que nunca jamás sucedió... Esa voz, aquel acento, la forma apurada de encender un cigarro y las calles de Madrid.



P.D. Qué lujo, por cierto, y sin que venga a cuento de nada, al menos aparentemente, el ciclo de Hitchcock todos los lunes a las 20:30 en el Filarmónica.

jueves, marzo 17, 2011

One safe place



Podría enumerar mil motivos por los que no escribo. Ni aquí, ni en otros lados. Ni a ti, ni a otras y otros. Probablemente la lista sería larga y encabezada por los manidos falta de tiempo, falta de ganas.

Tendría que llamarte, que siempre es otra opción. Aunque al teléfono siempre lo descarte, ese invento del Averno. Tal vez decirte que el sábado estaré en Avilés, que voy a ver a Quique (González), que tal vez podamos vernos, hablar, ponernos al día. Aceptar disculpas, contar sin pretextos ni excusas...

Y en ésas estamos, que no me apetece contar. Que probablemente no sienta la necesidad de hacerlo como antes. Que tal vez tenga demasiado miedo de verbalizar una realidad que hecha palabras pueda acabar convertida en añicos. Que la necesidad hace tiempo dejó de ser una virtud.

Aunque podría contar, y podría contar mucho. Hacer una crónica del concierto del fin de semana pasado. De la discusión de hace dos días, uso del pañuelo, intolerancia, integración y racismo; en la que acabaron llamándome de todo menos bonita. De la noche de Carnaval, yo, que odio disfrazarme, y de hecho no lo hice. Y que vino a ser algo así como en un país de ciegos el tuerto es el rey (la única sin disfraz), o serían esos tacones que me destrozaron los pies y que a las siete de la mañana me hicieron arrastrarme en busca de un taxi, foto incluida de ellos, cortesía de la Wonder woman más chilanga que una nunca se ha encontrado. Podría hablar sobre el tío aquél que en "La piel del tripulante" se me acercó para hablar de introspección y desubicaciones varias con su camisa de The Beatles, o el que buscaba una alternativa y se negaba a seguir buscando pese a que yo le conminé a ello. De L., que me dio las gracias por el esfuercito. De mi expediente X disfrazado de Elvis. De esos zapatos de Zara que me chiflan y que sé que no debo comprar (que los zapatos de Zara matan y destrozan los pies a partes iguales). De esa frase que he escuchado hoy y que me dejó con la duda: "Antes sólo existían bragas de dos colores". De mis planes para las vacaciones 2011, hoy me han pedido oficialmente que rellene el papelito. De mi falta de asertividad y mi nula capacidad para decir no a los favores. Y probablemente debería sonar Marc Cohn... debería.


P.D. Maria Felix

jueves, marzo 10, 2011

En blanco



Hace unos cuantos días veía "Entre les murs", película francesa que se estrenó hace un par de años y ganó en su momento la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

Aplaudida y aclamada por crítica, desconozco su impacto en la taquilla, a mí me ´gustó, pese a dejarme la sensación de estar ante una película en exceso pretenciosa y especialmente muy, pero que muy tramposa en la que ficción y realidad se entremezclan, y a una no le queda de todo claro si es película o falso documental (aunque este último hecho carezca de importancia).

En un momento dado, al final de la película, cuando Monsieur Marin pregunta a sus alumnos qué han aprendido a lo largo del curso, Esmeralda, y Esmeralda es bien, dice algo así como que no ha aprendido nada, pero que durante unas vacaciones leyó "La República", de un tal Platón, lo encontró por la casa. Y teniendo en cuenta que Esmeralda es una alumna de catorce años de un instituto de la periferia de París, en un barrio deprimido y multicultural, con problemas de aprendizaje, déficit de atención y un largo etc, suena poco, muy poco creíble, especialmente cuando empieza a desgranar el argumento.

Supongo que el guionista-director-actor protagonista pretende vender, entre otras, la idea de que la educación está más allá de los muros del colegio, y demostrar que en "la calle" también se aprende, como confrontación a la perversidad del sistema educativo (en este caso el francés). Y eso me ha hecho pensar en mi incapacidad para aprender nada que no estuviera en los libros. desde que tengo uso de razón y fui escolarizada a los tres años (e incluso antes).

Me comunico mejor por escrito, me expreson con mayor claridad y coherencia. Recito de memoria. Razono fórmulas matemáticas. Enumero listas y clasificaciones. Leo, subrayo y analizo. Pero nada existe para mí más allá de la palabra impresa. Ni siquiera los sentimientos o las emociones. Siempre son otros los que viven, van y lo cuentan... yo lo leo y lo hago mío, pero nunca en primera persona.

P.D. Anne Bancroft en "El milagro de Anna Sullivan"

lunes, marzo 07, 2011

Paisajes



Hace un rato que debería haberme ido a casa, o en realidad debería quedarme; o más bien decidirme por uno u otro. O bien seguir aquí un par de horas más aprovechando para adelantar trabajo, o disfrutar del sol de esta tarde de marzo y de La Trilogía de Estocolmo que me espera sobre la mesa.

Pero aquí sigo... llevo un rato frente a la pantalla en blanco apartado el trabajo y mudos los teléfonos. He perdido el tiempo releyendo al azar entradas de este blog mientras reprimo los deseos de una coca-cola y las ganas de escribir y contar porque no sabría por donde empezar.

Podría contar que ayer fui al fútbol, por segunda vez en dieciocho años, y que hacía tiempo que no pasaba tanto frío... pero también que no me reía tanto, que el espectáculo no estaba en el campo, sino en la grada. Que me dijeron lo guapa que estaba. Incluso más guapa que el viernes, apostilló, cuando me esforcé en un LBD y unos tacones que apenas me permitían caminar. Va a ser que tenía razón el barbas de Aute (qué ganas de verle y escucharle en breve) cuando cantaba eso de que te embellece ser feliz. Si yo sólo pasaba por allí.

P.D. Eve Marie Saint

jueves, marzo 03, 2011

Las mujeres de verdad tienen curvas




Lleva una toda la semana discutiendo sobre la resaca post-Oscar, tema vestuario se entiende. Que si la más bella entre las bellas fue una vez más Cate Blanchett, con ese vestido imposible y que yo nunca me pondría, pero que en ella lucía regio; sin olvidar, obvio, el vestido, el escote, las curvas, el pelo, etc... de nuestra Pe.

Que si parecía recién llegada de los bajos fondos de Miami . No ordinaria, sino lo siguiente. Hay quien incluso la comparó con una morcilla de Burgos y las crónicas de allende los mares que año tras año la suelen colocar entre las más elegantes parece que este año han decidido relegarla al ostracismo.

Y fíjense ustedes que a mí esta mujer me parece el quinto misterio de Fátima, que jamás he entendido la razón de su éxito y me parece antipática, desagradable, gritona, ordinaria, trepa, pésima actriz y más que guapa resultona, aunque eso sí, extraordinariamente fotogénica. Si hasta ha conseguido opacar a Bardem desde que se pasea a su lado por alfombras rojas y posa en playas desiertas. Pero para que negarlo, aunque el vestido parecía de modas Maribel y en los puestos de mercadillo de la plaza del Fontán encuentra una cosas más aparentes sin tantos brillos ni lentejuelas, a mí me encantó. Podría haber ido mejor vestida, podría haber ido mejor peinada; Bardem, Javier, podría haberse recogido los bajos de los pantalones; y Bardem, Carlos, podría haberse buscado una novia con una profesión menos llamativa; podría haberse vestido de princesita Disney como en las ediciones anteriores con un palabra de honor (que no se me cae) soso y aburrido, pero no, prefirió travestirse de la prima de Toñi Salazar (impagable la crónica en el Trola de hace un par de semanas, por cierto, de la boda de la menos guapa de las Azúcar Moreno); y yo la aplaudo, porque a pesar de seguir pensando que es una pésima actriz, que es ordinaria, trepa y antipática, me resultó humana. Con una sonrisa que por vez primera parecía sincera y el cuerpo de una mujer real (aunque ya quisieran muchas mujeres reales poder entrar en ese vestido apenas un mes después de haber dado a luz e incluso sin haber pasado por un embarazo y parto).

Que una no acaba de entender por que cuando tres cuartas partes de la humanidad femenina desearía aumentar de talla de sujetador (tres cuartas partes de la población masculina desearía lo mismo para sus parejas) y aparece una mujer con las curvas y redondeces lógicas y naturales tras un embarazo todo el mundo la critica. Yo agradezco ver a una Penélope Cruz con sus kilos de más embutida en un vestido con calzador y marcando faja y no una pongamos, Paz Vega, que tras tres partos sale del hospital con su niño en brazos recién parida y recién liposuccionada.

Y sí, como alguien me dijo esta mañana, "tú la defiendes porque tienes las tetas grandes"...

miércoles, marzo 02, 2011

Y Don Julio habló por él





Una noche me dijiste que un día de estos se te iba a escapar, pero íbamos por el tercer gin-tonic y en el Clandestino sonaban los Beach Boys, y una no puede tomarse nada en serio con ese fondo musical. Y sí, se te escapó, no sé si conscientemente, esa misma noche en mi oído, y no, no salí huyendo como tú temías. En parte porque me atrapaba tu abrazo, en parte porque no habría sabido a donde ir...

Y no, no supe que decir, no supe que contestar...




Bien, ya lo he dicho, ya lo he soltado, ya puedes salir huyendo... es tu turno, tu posibilidad de escapar... yo seguiré aquí, por si quieres encontrarme, aún.







P.D. Jane Russell (R.I.P.)

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